jueves, 12 de marzo de 2009

Me aburrí...


... del verano.

Obviedades, lo sé. Pero es que tanto calor me achicharra los rulos. Y no sólo eso. Se me inflan los pies, me transpiran los codos y se me apaga el humor.

Soy casi fan de las media-estaciones (no lo soy legalmente porque no pertenezco a la Facebook-community...). Supongo que tiene que ver con mi ser-agu: términos medios, tendencia al equilibrio y la estabilidad, miedito a la radicalidad.

En fin, la cuestión es que incluso hacia adentro de mis preferencias tengo objeciones. La primavera, si bien a nivel climático me entusiasma, en un plano anímico me desespera. Es como que hay que ser feliz: la estación del amor balístico, las florcitas anunciando alegría y la no-manifiesta imposición de la felicidad. Como si la cercanía al verano fuera motivo suficiente para estar contentos. Tanto optimismo, insisto, me desespera.

En cambio el otoño es menos pretencioso y, por eso, más disfrutable. Llueve mucho, sí. Pero uno ya está preparado. Las hojas forman un colchón que embarra la vereda y eso me divierte bastante. Ni hablar de la ropa: bufandas al poder!

No hay comentarios: